Tengo un poco abandonados los bonsais, en parte porque el frío de este invierno se ha cargado algunas de las catalpas, varios jacarandás, acacias de Constantinopla... y ya se ha pasado la fecha de plantar otros. Así que me voy a limitar a lo que hay sin intentar tener otros nuevos. Los castaños están magníficos, y el nogal y el castaño también. Los gingkos también han resistido y el olivo y el acebo ahí siguen.
Esta mañana el paseíto por los bulevares ha sido agradable; los madroños y los ciruelos ya tenían frutos, aunque todavía verdes, igual que los almendros. Y los magnolios tenían unas flores blancas espectaculares que empezaban a abrirse. Los cinamomos del parque también florecían aunque los de la plaza no han empezado. Y la lavanda también va a empezar de un momento a otro, algunas ya apuntaban. Las hojas de las flores de la jara estaban ya casi todas por el suelo...
Voy a empezar a hacer un diario de campo como las damas eduardianas, la pena es que yo no dibujo bien, y sería un rollo tener que escanearlo. Habrá que buscar fotos, que tampoco están mal aunque no sea lo mismo, claro...
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