lunes, 29 de marzo de 2021

Guillermo Pérez Villalta. El laberinto






Una exposición que se recorre como un verdadero laberinto en el que nos perdemos en imágenes luminosas y mágicas. 

El autor ha querido que el recorrido no sea cronológico ni temático. La impresionante sala de exposiciones de Alcalá 31 (obra del arquitecto Antonio Palacios) se convierte en un lugar a explorar caprichosamente, en el que recorrer cada rincón, cada inesperada sala central, cada nuevo camino que no se sabe a donde va y luego subir las escaleras y contemplar el laberinto desde arriba. 

Esa curiosa manera de exponer sus trabajos hace que el visitante camine casi como en trance, como en un sueño, esperando otra imagen de ciudades geométricas o de escenas con el mar como fondo, referencias mitológicas, muebles surrealistas, pequeñas esculturas... olvidando por unos momentos  preocupaciones, ansiedades y penas de nuestra vida tan limitada en estos momentos. 
 

domingo, 21 de marzo de 2021

El Roto. La línea roja. Galería La Caja Negra























La exposición La línea roja recoge un conjunto de dibujos realizados por El Roto durante el año 2020, que constituye una reflexión profunda de la situación límite a la que hemos llegado durante el último año. Todos los dibujos están recopilados en un libro, con el mismo título, editado por Libros del Zorro Rojo. La línea roja es un límite mental y también físico.



“Límite ampliamente traspasado por una culturaque hace tiempo perdió las referencias y los contenidoséticos que le permitían definirse como tal. Hoy asistimos —falsamente sorprendidos—a las consecuencias de nuestros actos, pero laspercibimos como algo ajeno a nuestra responsabilidad.

Felices y contentos, consumimos espejismos atractivosque nos mantienen narcotizados, encerradosen burbujas de silicio. Y en ese estado semihipnótico,nos creemos a salvo de las inevitables consecuenciasde nuestras carencias.

Quizá sea el momento —antes de que nuestravoluntad se extinga por completo—de hurtar la miradaa los focos que nos deslumbran, y de intentar quesea otraluz (no la artificiosa de las pantallas planas)la que nos ilumine.

Quizá así logremos revitalizaruna cultura agonizante, o crear una nueva cultura conla que podamos honrar la capacidad de pensamientoque nos atribuimos.Mientras tanto, y como propuesta alternativa,es la voluntad del autor ofrecer al curioso lector otrasimágenes, si no verdaderas, que al menos no parezcantotalmente inverosímiles.”

El Roto, 2020



Andrés Rábago, El Roto (Madrid, 1947) es pintor y dibujante. Durante los años setenta y ochenta, bajo el seudónimo OPS, colaboró en numerosos medios, como Hermano Lobo, La Codorniz, Triunfo o Madriz. Su dibujo hacía referencia al inconsciente y se situaba en un contexto estilístico próximo al surrealismo y al movimiento Pánico. Con la llegada de la democracia OPS fue silenciándose y apareció un nuevo seudónimo, El Roto, cuya sátira social trata cada día de romper la condición del individuo-masa y alertar a la conciencia de una realidad anestésica. Los dibujos de El Roto se han publicado en periódicos como Diario16,  El Independiente y, desde hace años, en El País. Ha realizado exposiciones en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, Musée de Beaux Arts de Orleans, Centro de Historias de Zaragoza, Universidad de Córdoba, Tecla Sala de Hospitalet, Museo Barjola de Gijón, Sala Amos Salvador de Logroño, Centro El Carme de Valencia entre otras. El 2017 participó en la exposición “La ciudad de Madrid” en la FIL de Guadalajara, México. El año 2019 se presentó en el Museo del Prado su exposición “No se puede mirar”.


viernes, 12 de marzo de 2021

La nostalgie hereuse. Amelie Nothomb. La nostalgia feliz


 

Una escritora belga regresa a Japón, país en el que vivió parte de su primera infancia. Amelie Nothomb es hija de un diplomático y por eso ha vivido en China, Laos, Birmania... pero Japón está lleno de recuerdos y cuando le proponen un viaje promocional en el que las cámaras la acompañarán a todos aquellos lugares de su infancia no se lo piensa y se embarca en un viaje sentimental, en el que el lector también acaba siendo uno más de sus compañeros de viaje. 

El reencuentro con su niñera, ahora muy mayor, le permite recuperar a una mujer que para ella era su segunda madre. Y ver a un antiguo novio al que ella abandonó hace años le hace comprender que aunque hayan compartido muchos momentos felices para ella era más bien una relación fraternal que e amor o de amistad ("cada historia de amor es un malentendido..")

Su equipo de rodaje y la traductora al japonés de uno de sus libros, son testigos de momentos muy emotivos en estos reencuentros con lugares y personas que han significado mucho para la escritora tanto en su infancia como durante un periodo de su juventud en el que trabajó y vivió en Japón. 

Fruto de ese momento es otro de sus libros "Estupor y temblores" en el que es muy crítica con el ambiente laboral de la empresa en la que trabajaba y que fue mal recibido en Japón donde sus libros dejaron de traducirse durante varios años.

Es un relato personal, original, brillante, preciso, en el que el ese dialogo interior incesante nos acerca a un mundo con el que tenemos más que ver de lo que imaginábamos. Que en este momento es menos oscuro que en sus relatos juveniles y que rescata los momentos importantes de su vida pasada  con ese término japonés de nostalgia feliz.