Schnabel, siempre transgresor en sus propuestas, no es original en esta ocasión a la hora de defender que no fue el suicidio sino un disparo accidental de una pistola que estaba en manos de un joven el que provocó la tragedia. Steven Naifeh y Gregory White Smith, autores de la última y monumental biografía del artista, en la que han trabajado más de una década, son los primeros que aportaron pruebas y razones en este sentido.
La película aborda la última época de la existencia de Van Gogh trasladándonos a Auvers, el pueblo distante treinta kilómetros de París en el que el artista pasó sus últimos días.