Un artículo en el que se proponen varias respuestas a las inevitables situaciones complicadas con las que todos nos encontramos a lo largo del día.
Para empezar, saber que no estás solo. Que puedes contar con personas en las que confiar cuando se quiere compartir algo que nos preocupa y que todavía no sabemos como enfocar.
Reconocer las señales de nuestro cuerpo, nuestras emociones, la rabia, la culpa, el estrés que puede que estén afectando nuestro sueño, lo que comemos, como actuamos...
Hacer una pausa para pensar y tomar perspectiva. Tranquilizarnos y pensar en el resto de cosas que sí funcionan en nuestra vida y ver que no somos el centro del universo. Buscar posibles salidas.
Ocuparse de lo importante. Es imposible reaccionar adecuadamente ante un problema cuando se duerme poco, se come mal, no se hace ejercicio o no se tiene un tiempo para recuperarse del cansancio haciendo algo que realmente nos gusta. El autocuidado siempre tiene que ser algo prioritario en el día a día, cambiando ciertas rutinas por otras más adecuadas.
Ser fiel a nuestros valores y no sacrificarlos por conseguir el éxito a toda costa. Admitir que las dificultades son parte de la vida y del aprendizaje. Perdonarnos si no conseguimos resolver alguna y no juzgarnos con dureza por ello ni adoptar actitudes de pesimismo ante el futuro.
Y más... en el artículo original de Rebeca Beyer en el Magazine de Stanford, lleno de propuestas para gente curiosa.
https://stanfordmag.org/contents/how-to-be-resilient?mc_cid=3ff6f68f75&mc_eid=5c2a511f07