Aunque he echado mucho de menos el aceite de oliva en las tostadas y las cerezas, ahora añoro el colorido y la variedad de la comida china.
No sé como se llaman los platos que elegimos en el vegetariano del barrio antiguo de Shangai pero estaba todo exquisito: hojaldritos con tofu, tallarines con verduras, rollitos de verdura, croquetas de cacahuete con sésamo... mientras a nuestro alrededor la gente devoraba cuencos de sopa con una pinta estupenda.
2 comentarios:
Mmmm.... me voy a cenar ahora mismo, ¡qué apetitoso todo!!
Que cenes bien...
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