Sin embargo, lo desconcertante es no sólo la implacable financiación y extensión de la guerra, sino también la falta de una estrategia sustitutiva de EE UU. Obama y sus asesores principales han hablado periódicamente de la necesidad de abordar las causas subyacentes del conflicto, incluidos el desempleo y la pobreza. Se ha recomendado destinar unos miles de millones de dólares para financiar la ayuda a Afganistán y a Pakistán, pero sigue siendo una cantidad pequeña comparada con los desembolsos militares y falta un marco global para apoyar el desarrollo económico.
Antes de invertir centenares de miles de millones de dólares más en operaciones militares que fracasarán, el Gobierno de Obama debe replantearse su política y proponer una estrategia viable a los ciudadanos de EE UU y del mundo. Ya es hora de que se aplique una estrategia de paz mediante el desarrollo sostenible, incluidas inversiones en salud, educación, medios de sustento, agua, saneamiento y riego en los lugares conflictivos actuales, empezando por Afganistán y Pakistán.
Una estrategia semejante no puede surgir simplemente como un subproducto de las campañas militares de EE UU, sino que se deberá formular proactivamente, con carácter urgente y en estrecha asociación con los países afectados y sus comunidades. Un cambio de orientación centrado en el desarrollo económico salvará un número enorme de vidas y convertirá los inconcebiblemente onerosos costes económicos de la guerra en beneficios económicos mediante el desarrollo. Obama debe actuar antes de que la crisis actual estalle y llegue a ser un desastre aún mayor.
Jeffrey D. Sachs es profesor de economía y director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia. Copyright: Project Syndicate, 2009. www.project-syndicate.org Traducido del inglés por Carlos Manzano.
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