Margaret Atwood ha aceptado el reto de la editorial Hogarth (creada por Virginia Woolf y su marido Leonard) para volvernos a contar como sería la última obra de Shakespeare, La Tempestad, en forma de novela y en una pequeña ciudad canadiense en nuestros días.
Esto permite a la autora expresar sin disimulo sus opiniones sobre la relación, siempre problemática, entre los políticos y la cultura y sobre el potencial de la literatura para salvarnos de nuestras personales prisiones.
La acción se desarrolla en una cárcel donde un grupo de presos participan en un programa educativo que se basa en el teatro.
Su director, Félix, se parece mucho al protagonista de la obra que van a interpretar sus alumnos. Ha perdido, como Próspero, a su mujer y se ha visto arrojado de su particular reino, el de carismático director teatral por las intrigas de uno de sus más cercanos colaboradores.
Este último aprovecha sus conexiones con las políticos para librarse de él, quitarle su puesto y seguir escalando hasta las más altas responsabilidades.
El duelo de Félix por su pequeña hija Miranda se prolonga durante los siguientes doce años y se suma al odio y el deseo de venganza contra los que le han quitado un trabajo que era todo para él.
La magia del teatro le hará verse cara a cara con sus enemigos que quieren asistir a la representación sin saber que Félix es quien la está dirigiendo ya que aunque la persona que le entrevistó para su actual trabajo, Estelle, le reconoce cuando le da un nombre falso, le sigue el juego y le ayuda a conseguir sus fines.
Consigue igualmente la colaboración de uno de los presos, que interpreta a Ariel, que es un experto en tecnología informática.
Gracias a él diseñan un montaje a través del cual chantajea a los políticos y asegura la continuidad del programa educativo, que ellos querían eliminar y puede recuperar su antiguo trabajo.
Desaparece entonces su obsesión por el espíritu de su hija perdida a la que creía ver en ocasiones y empieza a recuperar su vida siguiendo a una "estrella auspiciosa" en forma de su aliada Estelle que le propone descansar en un crucero en el que dará charlas sobre su experiencia como director de teatro.
Acepta siempre que le acompañe su otro fiel colaborador, que gracias a él ha salido antes de lo previsto en libertad condicional.
Helen Mirren como protagonista de la película sobre La Tempestad, haciendo el papel de Próspera.
Illustration by Nick Higgins
No hay comentarios:
Publicar un comentario