Los desayunos de estos días en Munich han sido diferentes a los habituales: salmón ahumado, todo tipo de bayas (fresa, mora, frambuesa, grosella, arándanos...), frutos secos (anacardos y almendras sin tostar...), zumos naturales, panes de semillas de todo tipo, quesos... Ahora cuesta levantarse para hacer las tostadas y el café.
2 comentarios:
Cómo me gustan los desayunos cuando estoy de vacaciones... no tener prisa y comer todo lo que te apetezca... son lujos que el resto del año no nos podemos permitir.
Un saludo.
Sí, es verdad que son un verdadero lujo. Yo intento tener tiempo también los días "normales" levantandome un poquito más pronto pero no es lo mismo, claro... Un saludo
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