El otro día en el Instituto Cervantes de Madrid tuvo lugar una mesa redonda sobre blogs y literatura. Las intervenciones fueron muy académicas, claro, hasta que tomó la palabra un escritor (Lorenzo Silva) que defendió la "gratuidad" que allí se ponía en cuestión (se llegó a afirmar que el que no paga no puede reclamar y que el anonimato potenciaba la agresividad) y matizó que las intervenciones poco amables eran realmente muy pocas y que hasta eso debía respetarse y no dejarse "secuestrar" por ellas, respondiendo a cada insulto con un "y tú más".
Cuando citó alguna metedura de pata en editoriales prestigiosas por parte de escritores consagrados (el martillo de heterodoxos, Menéndez Pelayo, fue el ejemplo que escogió, muy habilmente) terminó de pasar el rodillo y de ganarse a la audiciencia, que era jovencísima o peinando muchas canas.
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