miércoles, 10 de mayo de 2023

Pars vite et reviens tard. Fred Vargas

 Unos extraños signos pintados en negro sobre algunas puertas en varios barrios de París. Una mujer entra en una comisaría para denunciarlo y se encuentra con el comisario Adamsberg que se está instalando en un edificio todavía en obras en su nuevo puesto al frente de la brigada criminal. 

El toma nota a pesar de que el tema no entra en sus competencias ante la sorpresa de sus adjuntos. Observa y hace fotografiar esos dibujos y un joven especialista en historia medieval le informa de que son un símbolo de protección contra la peste.

En otro lugar de París un antiguo marinero bretón que tuvo que abandonar su trabajo después de perder su barco en un naufragio (y que ha pasado tiempo en prisión por un enfrentamiento violento con el armador del mismo) se reinventa como pregonero y lee en la plaza Edgar Quinet las noticias y mensajes que sus vecinos van dejando en una urna de madera que cuelga para que dejen allí sus anuncios de compraventa, amor, exabruptos... por una cantidad modesta que le sirve para ir tirando. 

Unos nuevos mensajes aparecen cada día, mucho mejor pagados que los habituales y a pesar de su extrañeza por el contenido y que a veces están en latín y parecen copiados de libros con varios siglos de antigüedad el los lee sin entender su significado. 

 Esos mensajes llaman la atención de otro vecino, que en tiempos fue profesor que trata de encontrar el sentido posible y alarmado por su contenido se dirige a la brigada criminal para advertir al comisario de que algo extraño puede suceder de un momento a otro. 

Esta novela de Fred Vargas ha sido llevada al cine.



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