La familia Addams ha sido durante muchos años un éxito seguro. Daba igual que fuera una película, una serie de dibujos animados, un programa para la televisión, los espectadores de cualquier edad seguían sus extravagantes aventuras con interés y afecto por los personajes.
Netflix presenta una serie corta, dirigida por Tim Burton. La protagonista es una joven actriz de origen latino, Jenna Ortega, que hace que no añoremos demasiado a Cristina Ricci que también participa en la serie aunque nos costó reconocerla como adulta...
El que el personaje principal sea una adolescente que parece rara a sus profesores y compañeros hace que la identificación con ella sea esperable porque la reacción a eso es de indiferencia, de orgullo por su diferencia y de una aparente superioridad ante el resto, a pesar de que ellos también son inadaptados de un tipo u otro: chica lobo que no termina de serlo, sirenas, gorgonas y otros personajes de la literatura fantástica, tan apreciada por el director. Ese aislamiento voluntario va suavizándose progresivamente así como la difícil relación con Morticia, su madre, algo que sonará familiar a las madres de muchas chicas jóvenes.
Las referencias literarias y artísticas (el internado al que llevan a Wednesday cuando es expulsada de su colegio se llama Nevermore, hay una competición en barco que se llama la Copa Poe, el monstruo que amenaza y mata a un alumno es un Hyde...) son una constante así como la estética gótica, tan habitual en varias de las películas anteriores de Burton.
Una película calificada como para mayores de 12 años, perfecta para compartir estos días y repetir más adelante para disfrutarla sin la intriga de encontrar al asesino.
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