En la terraza del Museo Reina Sofía una monumental escultura representa a tres animales que aparecen con frecuencia en las mesas de comensales de todo el mundo, una vaca, una oveja, un cerdo. Sobre su piel vemos los nombres de cada pieza como en los dibujos de las carnicerías. Y en sus cabezas un cuerno cada uno. El nombre, claro, es Tri cornio. El humor, los rituales sociales en torno a la comida, las identidades sociales son la marca del trabajo del autor durante muchas décadas, primero en España, luego en París, finalmente en Nueva York. Allí organizó una serie de ceremonias que representaban la luna de miel entre una escultura del puerto de Barcelona, la estatua de Colón y la icónica imagen de la Libertad tan asociada a la ciudad americana.
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