Una mañana de otoño que parece primavera.
Una butaca frente a un parque histórico, el Retiro de Madrid, lleno de paseantes y deportistas de todas las edades.
Y una maravillosa biblioteca pública que se alza donde muchos recordamos La Casa de Fieras.
Un libro y unas horas de calma antes de volver al ritmo habitual.
La sensación de estar en algo parecido a una casa japonesa y de ser, aunque sea sólo por un rato, feliz y afortunada.
Y un recuerdo del viaje a San Diego, un cartel que nos anima a compartir la curiosidad, leyendo juntos.
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