"Lo primero que dije es que soy un escritor posmoderno. Esto, cuando yo empecé a escribir, se decía con orgullo; ahora se dice con la boca pequeña o no se dice (o se esconde).
El posmodernismo parece batirse en retirada en todos los frentes. Aquí y allá se le acusa de frívolo, de relativista, de meramente lúdico; me parece una acusación injusta: es verdad que para los malos posmodernos el arte es solo un juego, pero para los buenos es un juego donde uno se lo juega todo. Así que no sé a qué viene tanta vergüenza.
La posmodernidad en general no es una reacción contra la modernidad, sino su último o penúltimo avatar; si acaso, es una irónica reacción contra algunos clichés del modernism, que viene a ser el nombre anglosajón de las vanguardias, y, por eso mismo, la última o penúltima vanguardia.
En cuanto a la posmodernidad narrativa, si es aquella que procura no perder nunca de vista las seis propuestas para el próximo milenio formuladas por Italo Calvino –levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad, consistencia–, y la que busca su origen inmediato en la obra de Jorge Luis Borges y su origen remoto en la segunda parte del Quijote, que a ratos no parece escrita por Cervantes sino por Dios, entonces yo sigo sintiéndome a gusto en ella.
Dicho esto, añadiré que mis primeros libros parecían casi prototípicamente posmodernos: novelas algo humorísticas, fantásticas, ultraintelectuales y ultraliterarias, que por lo demás solo leía mi madre y quizá alguna de mis hermanas.
No es que mis novelas posteriores, las que han tenido más lectores, sean muy distintas, pero lo cierto es que, a medida que las escribía, creí descubrir dos cosas aparentemente ajenas a la estética posmoderna y que, para mí, más que contradecirla, la complementan.
La primera cosa que descubrí, o que creí descubrir, es que el pasado es una dimensión del presente, que nunca termina de pasar, que siempre está aquí, con nosotros, y que por tanto es indispensable para entender la realidad; de ahí que, a diferencia de los primeros que escribí, además de hablar del presente, esos libros hablen del pasado, ...