 
 Cuando compacto y débil como un corcho, 
flotas en el momento y nada hay que retenga
tu balanceo en el vacío, 
pides tu salvación a las palabras 
que otro ya usó para librarse de lo amorfo, 
y te embarcas, desesperado, en los sonidos, 
figuraciones, mitos, 
con que esquivas el terror de la nada, 
en todo semejando al de aquel al que creyeran muerto
y lo enterraron vivo) 
 Y centellea la palabra, 
saja
como un rayo de luz la sombra inhabitable 
 y ya no estás donde hace frío 
sino donde todo es posible, 
como una mañana
de sol, 
o una inminencia de milagro
humano, 
a punto de no ser más que la huella, 
consoladora y desconsoladora 
"de lo que existe porque existes 
y porque el mundo existe 
y porque los tres podemos correctamente 
dejar de existir" 
 Mariano Roldán
 
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