Muy cerca del estanque del parque del Retiro, en Madrid, pueden verse algunas de las esculturas de G. Onieva, que ha dado el nombre de Equilibrium a su exhibición.
Algunas de sus obras estuvieron hace pocas semanas en el Jardín Botánico pero estas me han gustado sobre todo por "lo que cuentan" y el efecto de verlas en un día otoñal tan estupendo como el de ayer.
La que se puede ver en la foto se llama "árbol de la libertad" y parece ser que el origen de la idea viene de los troncos de árboles que la gente clavaba en tierra antes de la Revolución francesa y de la Independencia de América para mostrar su descontento con sus gobernantes.
Ayer los madrileños y los que no lo eran disfrutaban del sol y la luz de la mañana entre los árboles de verdad y los de la imaginación de G Onieva.
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