Hoy, mientras devorabamos una tortilla de patatas que había preparado la madre de Nuria y nos reíamos de las andanzas de Burt Simpson, he pensado que algún día recordaré momentos como estos y sabré que la felicidad era esto.
Y otras cosas como la complicidad con los amigos de siempre, el guiño y la broma de los compañeros de trabajo, los largos en la piscina y la charla mientras salimos a la calle...
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