El boletín digital Hoyesarte presenta un artículo de Carlos Suarez sobre la retrospectiva del escultor canario que lleva el nombre de Crónica del siglo.
«Martín Chirino parte del hierro como metal conductor de una obra que busca su máximo potencial expresivo con un mínimo de materia», destaca Castro Flórez. «Sus esculturas, por lo común de grandes dimensiones, responden a un doble impulso: por un lado, el diálogo con el arte primitivo y los materiales y el paisaje de Canarias, leídos con los ojos de la evocación imaginativa y la memoria de aquel artista adolescente que soñaba con mover el horizonte de su playa; por otro, un poderoso impulso sígnico que genera todo tipo de geometrías espaciales, por lo general curvas (espirales), capaces de iluminar el espacio que las rodea y de ser a la vez, para quien las contempla, enigma y revelación».
«En la estética de Martín Chirino es fundamental la forma en espiral que evoca el viento. Un símbolo como alegoría del viento, pero también el aliento y el soplo creador, una encarnación de la potencia del caos y de su resolución en momentos de suspensión plenos de intensidad. Las extraordinarias esculturas de Martín Chirino rompen las dicotomías, evocando al mismo tiempo lo aéreo y el elemento acuático, la sensación de soledad y el anhelo de fortalecer los vínculos comunes, la obsesión por la identidad canaria y el más lúcido de los cosmopolitismos. A través de sus obras penetramos en la experiencia radical de la modernidad, contemplamos una impresionante proyección espacial, con pliegues y repliegues de una hermosa modulación que torna ligero lo pesado, en una búsqueda del origen que mantenga abierta la esperanza. Conmemorar la poética del espacio de Martín Chirino supone atreverse a pensar el destino de nuestra época, intentando trazar itinerarios, incluso en espiral y, en definitiva, hacia el autoconocimiento, que propicien una buena vida en la que la belleza no sea un territorio prohibido».
(Fernando Castro Flórez)
https://fundacionmartinchirino.org/coleccion