martes, 27 de febrero de 2018

Penelope y las doce criadas. Margaret Atwood. The Penelopiad.





Hace ya unos cuantos años una editorial escocesa, Cannongate, propuso a una serie de escritores que reescribieran algún mito de la antigüedad, dejándoles plena libertad para escoger el que quisieran.

Margaret Atwood se decidió por el tema de la fiel esposa de Ulises, que le esperó durante años hasta su regreso a la isla de Itaca.

Quiso en esta revisión particular de un mito reflejar las diferentes perspectivas sobre un mismo hecho y por ello 18 de los capítulos son contados por Penélope y en los 11 restantes escuchamos la voz de sus 12 criadas que fueron ahorcadas al regreso del héroe.

La distinta vara de medir para los géneros, las desigualdades sociales  y las dinámicas de poder injustas se hacen patentes de esta forma.

Ulises engaña a su mujer más de una vez pero espera fidelidad y constancia en su esposa. Las criadas son castigadas después de haber sido maltratadas y violadas por los pretendientes de su señora ya que las esclavas carecen de derechos.



Penélope y las doce criadas comienza de una manera realmente curiosa. Con la sufrida y frustrada esposa de Odiseo contándonos su vida, obra y milagros ¡en pleno s. XXI y desde el mismísimo Reino de los Muertos! Así, nos enteramos por su propia boca de ciertas cosas que Homero no mencionó cuando cantó las glorias del varón de multiforme ingenio. Por ejemplo, del origen semidivino de la señora del caudillo aqueo. Y es que, resulta que la hija del monarca espartano Icario tuvo por madre ni más ni menos que a una náyade. La cual, dicho sea de paso, no destacaba precisamente por sus instintos maternales pues, en lugar de cuidar de su prole:

“Se escabullía e iba a bañarse en la fuente del palacio, o desaparecía y pasaba varios días contando chistes con los delfines y haciéndoles bromas a las almejas”.

Una vez cogida confianza, Penélope (o mejor dicho, su sombra) no tiene ningún problema en confesarle al lector las poco románticas razones que determinaron que con tan sólo 15 años fuera entregada en matrimonio a Odiseo, rey de un islote poblado de cabras con modales de ricacho de pueblo. Un caradura sin escrúpulos que, pese a no llamar la atención por la hermosura de su porte varonil, resulta ser un seductor nato, un golfo encantador que termina conquistándola.

Dispuesta a ajustar cuentas con aquella que, en sus propias palabras, le destrozó la vida, nuestra heroína no se inhibe a la hora de poner verde a la bellísima Helena, su prima. Una frívola con ínfulas de femme fatale que literalmente armó la de Troya y que, al fin y al cabo, fue la culpable de que Odiseo abandonara a su familia para combatir en una guerra que poco tenía que ver con él.

Por supuesto, la reina de Ítaca no se olvida de contar cómo fue su vida durante los 20 largos años en los que, debido a la ausencia de su marido, le tocó educar ella solita al ingrato de Telémaco y ejercer, además, de ama, administradora y gobernante. Será entonces cuando descubramos que la fiel y discreta Penélope fue una mujer práctica y tan astuta como Odiseo pues, de ser necesario, no dudaba en recurrir al engaño. Y aquí me estoy acordando (¡cómo no!) del famoso subterfugio del sudario tejido por el día y destejido por la noche para dar largas a los pretendientes que la acosaban y que, como todos sabemos, tan mal acabaron.

Además de en la Odisea, Penélope y las doce criadas se basa, principalmente, en Los mitos griegos. Obra de Robert Graves que inspiró a Atwood la teoría (cuestionable, aunque muy sugestiva) con la que intenta explicar los verdaderos motivos del ahorcamiento de las sirvientas a las que alude el título de su libro. Esclavas fieles injustamente vilipendiadas, según confiesa su señora, que a lo largo de la narración actuarán a la manera de los coros que caracterizaban al antiguo teatro griego. 



http://stellasreading.blogspot.com.es/2015/04/margaret-atwood-penelopiad.html

sábado, 24 de febrero de 2018

La historia del arte en un minuto



Cao Shu ha reunido gestos cotidianos en estilos artísticos que van desde el arte egipcio, las antiguas  pinturas en tinta chinas hasta Picasso, Modigliani y muchos más...

http://www.laboiteverte.fr/remonter-lhistoire-de-lart-minute/

miércoles, 21 de febrero de 2018

Walking meditation by Leslie Boker

How to Practice Walking Meditation

Leslie Booker, How to Meditate, Walking Meditation, Shambhala Sun, Lion's Roar, BuddhismIllustrations by Tomi Um.

Leslie Booker offers step-by-step instruction.

In the four foundations of mindfulness, as laid out in the famed Satiphatthana Sutta, the Buddha offers four postures for practicing meditation:
A monk knows, when he is walking,
“I am walking”; 
he knows, when he is standing,
“I am standing”; 
he knows, when he is sitting,
“I am sitting”; 
he knows, when he is lying down,
“I am lying down”; 
or just as his body is disposed
so he knows it.
Walking meditation is often described as a meditation in motion.
In this practice, you place your full attention on the process of walking—from the shifting of the weight in your body to the mechanics of placing your foot. Walking meditation is an integral part of retreat life in many traditions and is used to offset and shift the energy of sitting practice. It is a bridge to integrate practice into daily life and can be more accessible than a sitting practice for many people.
Find an unobstructed space where you can walk in a straight line for about ten feet. This short walking distance is the instruction given in the Theravada tradition. Others prefer to walk for greater distances. Bring your attention down to your feet and slowly shift your weight from side to side and front to back. Being in bare feet can bring more awareness to what needs to happen in the body to create balance.
Leslie Booker, How to Meditate, Walking Meditation, Shambhala Sun, Lion's Roar, Buddhism
Coming into physical stillness, lift the crown of your head up, slide your shoulders down and away from your ears, and lift your chest with dignity and pride, as if you were a king or a queen. You can clasp your hands behind your back, hold them in front of your body, or let your arms hang loosely to the side.
Lifting your right leg, notice the weight redistribution in your body. Place your attention on what the left side of your body needs to do to hold your full weight—spreading the toes, engaging the core. Extend the right leg forward, placing the heel on the ground and rolling onto the ball of the foot. As your weight shifts forward, notice how the heel of your left foot begins to lift. Swing the left leg forward and repeat.
Leslie Booker, How to Meditate, Walking Meditation, Shambhala Sun, Lion's Roar, Buddhism
Adding verbal cues is a great way to establish synchronization and rhythm within the body. As the mind begins to wander, use a simple verbal cue like “lifting, moving, placing” as a reminder to bring the mind back to the body. Incorporating a gatha, a short verse to support practice, is a common technique used in Thich Nhat Hanh’s communities. Here’s one that might be used for walking meditation:
(Breathing in) “I have arrived”; (Breathing out) “I am home.”
(Breathing in) “In the here”;
(Breathing out) “In the now.”
(Breathing in) “I am solid”;
(Breathing out) “I am free.”
(Breathing in) “In the ultimate”; (Breathing out) “I dwell.”
Leslie Booker, How to Meditate, Walking Meditation, Shambhala Sun, Lion's Roar, Buddhism
When you get to the end of your short walking path, come to a complete stop and take a breath. Turn a quarter of the way, maybe taking another breath, then fully turn all the way around, facing where you just came from. Start over with finding your posture and establishing your balance. Again lift, move, and place the foot.
At the beginning of this practice, you might notice that your steps are very calculated and robotic. See if you can begin to find more fluidity as you connect the breath with movement, perhaps letting go of the phrases and just allowing this to be a fully embodied practice. Start with about a ten-minute session, slowly building up to 30–45 minutes.
When you have come to the end of your practice, stand still, seeing where there is energy in the body and what is still. Notice what has risen to the top and what has been let go of.

martes, 20 de febrero de 2018

domingo, 18 de febrero de 2018

Carte du tendre - Madeleine de Scudery, un mapa de los afectos humanos.

Una de las primeras mujeres que fueron escritoras en Francia y cuyo trabajo fue reconocido aunque fue desvalorizado por Moliere o por Boileu (que ridiculizaban a las mujeres que escribían o celebraban en sus salones encuentros literarios).

Algunas de sus primeras obras se publicaron con el nombre de su hermano aunque más tarde ya fueron firmadas por ella y los ingresos por las mismas le permitieron llevar una vida cómoda durante muchos años.

Una de las curiosidades para los lectores del siglo XXI sería la visión del amor y los sentimientos de una mujer en el siglo XVII, enfrentándose a las acusaciones de inmoralidad o falta de profundidad en el tratamiento de los temas elegidos.

Esta Carta du Tendre, un curioso grabado que representa el mapa para recorrer el río del Amor y sus afluentes el respeto, el afecto y la estima... que se incluyó  en Clelia,  una de sus novelas,  y que fue muy popular en su tiempo y dio lugar a imitaciones por parte de otros escritores contemporáneos suyos.




http://thebluelantern.blogspot.com.es/2014/09/a-map-of-affections.html
















miércoles, 14 de febrero de 2018

You are basically good: benefits of contemplative psychotherapy





You’re Basically Good — The Benefits of Contemplative Psychotherapy


Karen Kissel Wegela on therapy that starts with your basic sanity, not your neuroses.

Illustration by Nolan Pelletier.
Illustration by Nolan Pelletier.
Elliot knew from our first session together that I saw him as basically a good person. As he remembered it later, he had told me his personal saga of relationship and work failures, and he expected I would conclude, as he had, that he was pretty hopeless. Instead, I said something like, “Oh, you’re not so bad.” I don’t remember saying that, but, as he told me, he had understood that I really did believe in his goodness.
“That’s why I kept coming back,” he said.
I’m often asked by clients like Elliot what to expect from someone who describes herself as a “contemplative psychotherapist.” Here are some of the key principles of contemplative counseling and psychotherapy that I would outline for a potential client. As I have studied and practiced mostly in the Vajrayana tradition of Buddhism, what I say here reflects that school’s approach.

Brilliant Sanity

Contemplative Psychotherapy is based on the view that all of us, no matter what our problems, are fundamentally awake and healthy. In some schools of Buddhism this is called our buddhanature, and in the Shambhala teachings it’s called our basic goodness. In the Contemplative Psychotherapy program here at Naropa University, it’s referred to as brilliant sanity.
The contemplative approach is an optimistic one, because it points to our capacity for clarity, compassion, mindfulness, and awareness.
The premise of Contemplative Psychotherapy is that we already have what we need to connect with our inherent wisdom and compassion. Therefore, a contemplative therapist is concerned primarily with helping clients reconnect with and develop confidence in their own inherent sanity. We are not, of course, always in touch with it—we have only to look around us to see there is much suffering, confusion, and violence in the world. Yet the contemplative approach is an optimistic one, because it points to our capacity for clarity, compassion, mindfulness, and awareness.

Catching a Glimpse

The experience of brilliant sanity cannot be completely captured in words. Instead, we tend to glimpse it in moments of clear-seeing and tender-heartedness. We might have a sense of being fully present when something surprises us. We might experience it in a time of unexpected joy, or in a period of intense grief or fear.
In such moments, we are simply right there with an open heart. Such glimpses have qualities of sharpness, tenderness, and letting go of thoughts. They might last just a few seconds, or they could last a lot longer...
https://www.lionsroar.com/youre-basically-good-the-benefits-of-contemplative-psychotherapy/

sábado, 10 de febrero de 2018

Who are The Guerrilla Girls? Tate Gallery. ¿ Quien son las Guerrilla Girls?






WHO ARE THEY?

Guerrilla Girls are an all female collective who remain anonymous by wearing gorilla masks and naming themselves after famous dead women. In 1998 the Guerrilla Girls’ new book, The Guerrilla Girls’ Bedside Companion to the History of Western Art, they wrote:
We are a group of women artists and art professionals who fight discrimination. We’re the conscience of the art world, counterparts to the mostly male traditions of anonymous do-gooders like Robin Hood, Batman, and the Lone Ranger. We have produced over 80 posters, printed projects, and actions that expose sexism and racism in the art world and culture at large… We use humor to prove that feminists can be funny… We could be anyone; we are everywhere.

Este colectivo de mujeres  anónimas,  que llevaban máscaras de gorila y  utilizaban los nombres de famosas mujeres ya fallecidas, analizó las principales colecciones de arte en los Museos y encontraron que las cifras eran dignas de ser  difundidas y puestas en cuestión. Su objetivo era  exponer  el sexismo y el racismo en el mundo del arte y la cultura en general, utilizando un particular y ácido sentido del humor. 

Menos del 5% de los artistas eran mujeres pero el 85% de los desnudos allí representados sí  eran imágenes de mujeres. 

Por eso su ya famosa pregunta  ¨tienen las mujeres que estar desnudas para entrar al Museo Metropolitan? puso en cuestión muchas cosas en el mercado del arte hace más de 20 años y contribuyó a que esta polémica siga vigente aún. 

http://www.tate.org.uk/art/artists/guerrilla-girls-6858/who-are-guerrilla-girls

miércoles, 7 de febrero de 2018

Derain, Balthus, Giacometti. Una amistad entre artistas



Una exposición en la que vemos como Deran, antiguo fauvista, se relaciona con otros artistas mucho más jóvenes que él y que no parecen tener mucho en común con su estilo, como Giacometti y Balthus.



Es una pena que no haya ningún trabajo de otra amiga común de todos ellos, la pintora Isabel Lambert,  que posó como modelo para muchos de los grandes artistas en los años 30 (incluyendo a Picasso)  pero cuya obra es muy poco reconocida.


Parece que resulta más fácil ser recordada como musa que como artista. Las Guerrilla Girls tenían esa frase sobre que las mujeres para poder estar en las paredes de un museo tenían que estar desnudas. Parece que algo de razón sí que tenían aunque aquí Derain la retrató bien tapada.



                                             la pintora Isabel Lambert vista por Derain
 




La cornamusa









jueves, 1 de febrero de 2018

Love after love. Derek Wilson

“Love after Love”





                                                        Georgia O´Keefe


The time will come
when, with elation,
you will greet yourself arriving
at your own door, in your own mirror,
and each will smile at the other’s welcome,
and say, sit here. Eat.
You will love again the stranger who was your self.
Give wine. Give bread. Give back your heart
to itself, to the stranger who has loved you
all your life, whom you ignored
for another, who knows you by heart.
Take down the love letters from the bookshelf,
the photographs, the desperate notes,
peel your own image from the mirror.
Sit. Feast on your life.