En el edificio de la que fue a finales del siglo XVIII la Real Fábrica de Aguardientes y Naipes y después la Fábrica de Tabacos y Rapé, reconvertida en sala de exposiciones y lugar de encuentro para colectivos en la madrileña calle de Embajadores, se presenta la obra de un escultor gallego, Francisco Leiro, cuya obra ha sido reconocida desde muy joven.
A través de siete espacios diferenciados: Leviatán, Tránsito, Frontera, Nichos, Lugar, Modelos, Carácteres... más de ochenta obras, algunas de ellas inéditas y realizadas recientemente para las especiales características de este espacio expositivo de Tabacalera, en el que las esculturas de madera, granito y otros materiales parecen estar en su elemento.
Las de la serie Lázaro nos remiten al relato bíblico del hombre que sale de su tumba después de que su familia le hubiera llorado varios días. Aquí puede verse una de las imágenes, quizá la más irónica en la que Lázaro lee tranquilamente recostado sobre su ataúd.
También pueden verse varios de los dibujos que le sirven de inspiración para la realización de sus obras en piedra o madera.
Otras referencias como la figura de una Marilyn de madera que mira hacia arriba sujetándose la falda nos remiten al cine y a los mitos del siglo XX
La cita del escritor Manuel Rivas que habla del "taller que habla y charla" califica a este espacio creativo como una factoría de vida, espacio, seres, lugares...Un espacio de memoria y deseo.
Una escultura que es relato.
Una experiencia sensorial y emotiva que hace que los espectadores contemplen unas veces en silencio y otras comentando lo que ven y sienten con sus acompañantes. Un relato compartido y un olor a madera fresca en una de sus instalaciones que no se olvida fácilmente.
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