Una joven pintora de origen canadiense presenta en la Thyssen de Madrid varias de sus obras junto a otras de pintores consagrados, como Magritte, de la colección del Museo.
Sus obras reflejan lo onírico y lo cotidiano, con un punto de melancolía, humor negro o critica social. En sus propias palabras aunque algunas de ellas se inspiren en obras europeas de otros siglos, sobre todo del siglo de oro holandés, las suyas son más desestabilizadoras y surrealistas.
Muchas de las imágenes reflejan mujeres muy jóvenes con algo irónico, juguetón inquietante y perturbador que el espectador no comprende apenas...
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