La lluvia que repiquetea en el cristal de la ventana o sobre la superficie de un estanque.
El ulular de la lechuza en el olivo o el canto del mirlo en el pino.
El crepitar del fuego en la chimenea.
Las olas batiendo contra las rocas.
El ladrido, el maullido, el cacareo..
La música limpia del mundo acudiendo a rescatarnos de la algarabía, el sinsentido y la desazón.
Jesús Aguado
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